La fibromialgia es una patología poco conocida aunque muchos la padecen. Para hacer un pequeño resumen a quienes no están familiarizados con ella, ésta se caracteriza por un dolor crónico y generalizado en todo el cuerpo, acompañado de fatiga intensa durante el día y dificultad para dormir. Otros síntomas adicionales son malestar urinario, problemas intestinales, dolor de cabeza o migrañas, movimientos periódicos anormales de las extremidades, en especial de las piernas, problemas cognitivos (falta de concentración y dificultad para recordar cosas); también es frecuente un aumento de la sensibilidad táctil, a la luz, sonidos y olores, prurito generalizado, sequedad de ojos y boca, alteraciones en la audición o la visión y algunos síntomas neurológicos relacionados con falta de coordinación motora.
Aunque se sabe que actualmente la fibromialgia es el motivo más frecuente de dolor musculo-esquelético generalizado, aún no se ha logrado establecer el origen de este padecimiento; lo que sí se sabe es que no tiene una sola causa, y que en su desarrollo intervienen diversos factores, como la historia personal, el aspecto ambiental, los procesos crónicos, el estrés e inclusive las hormonas.
Aún no existen exámenes de laboratorio que permitan diagnosticarla, y el médico tratante realiza el diagnóstico luego de descartar otras enfermedades con síntomas similares, como tiroides, artropatías, lupus, etc. Este diagnóstico es puramente clínico y se basa en la revisión del paciente, al cual se le aplica una fuerte presión sobre 18 puntos que se encuentran repartidos por todo el cuerpo: rodillas, hombros, cuello, glúteos, codos, cadera; y se considera que el paciente puede tener fibromialgia cuando presenta dolor en al menos 11 de estos 18 puntos.
Cuando yo fui diagnosticada con fibromialgia, a principios de este siglo, el Reumatólogo que me atendió (un médico bastante mayor, que dicho sea de paso, ya murió), entre las muchas cosas que mencionó sobre la fibromialgia (enfermedad de la cual yo no tenía el menor conocimiento), me dijo que se “creía que la fibromialgia podía estar ocasionada por una exposición prolongada al estrés o a situaciones muy estresantes por largos períodos”. Ahora pienso que esta declaración fue un poco como dice el dicho: “Mas sabe el diablo por viejo que por diablo”. Ya que resulta que en recientes investigaciones, se ha descubierto que el estrés provocado por traumas de la infancia, adolescencia o etapa adulta, pueden desencadenar fibromialgia.
Entre los resultados que se dieron a conocer producto del estudio “Fibromialgia en América Latina” que fueron presentados en mayo de este año, se puso de manifiesto la relación entre el estrés y la fibromialgia. Se informó que al realizar un análisis comparativo de algunos estudios en pacientes con fibromialgia, se encontró que con frecuencia habían experimentado acontecimientos traumáticos en su infancia e incluso en la etapa adulta como accidentes severos, muerte de un familiar muy cercano, violaciones, etcétera. Según el mencionado estudio, la posible relación entre la fibromialgia y el estrés deriva en alteraciones del eje hipotálamo-hipofiso-adrenal que explican esta asociación psicosomática.
Las manifestaciones más frecuentemente reportadas por los pacientes, que están relacionadas con el estrés son: ansiedad, excesivo consumo de alimentos, disminución del ejercicio físico, exceso de actividades, limitación en los movimientos, irritabilidad, sensación de falta de tiempo, malas posturas, llanto, disminución de actividades, evitar distracciones, evitar expresar emociones, aislamiento, lentitud, depresión, sentirse enfermo y limitado, baja adherencia a tratamientos.
Así como el estrés puede ser una de las causas de la fibromialgia, también es muy perjudicial para quienes la padecen. Al estar expuestos a situaciones estresantes, se pueden desencadenar fuertes crisis. O sea que en esta misma línea, debemos tener claro que una vez tengamos un diagnóstico de fibromialgia, debemos evitar el estrés, como un diabético debe evitar el azúcar; y quienes ya sufren de fibromialgia, lo pueden confirmar.
Esto implica modificar el estilo de vida, disminuir la velocidad con que vivimos y coordinar con quienes nos rodean (a nivel familiar, laboral y social) un cambio en el desarrollo de nuestras actividades; todo esto puede ser muy difícil de conseguir, sobre todo inicialmente, pero debemos tomar conciencia del hecho de que en muchos casos, la fibromialgia no solo no mejora, sino que empeora, y nos toca hacer cambios serios, nos guste o no, para garantizar calidad de vida y permitirnos el seguir disfrutando lo mas posible de nuestros días.
Lectura recomendada para disminuir el estrés: Toma control del dolor…
Toda patologia que afecta a nuestro organismo es debido al descontrol del PH (Ptencial de Hidrogeno medidad de acidez y alcalinidad de una sustancia.) El organismo posee una cierta alcalinidad y cierta acidez con las cuales se protege y nuestro organismo para estar normal debera estar estar entre 6,5 a 7 mas de esto o menos el metabolismo se desequilibra. Si el PH se altera crea un campo ya sea acido o alcalino por tanto si nuestro organismo es acido proliferan los virus, en un campo alcalino proliferan las bacterias u hongos , se produce las enfermedades sobretodo a nivel oseo porque en las articulaciones se depositan estos malos elementos creando el dolor. En mi atencion con pacientes que sufren estas alteraciones trabajo el Biomagnetismo M logrando buenos resultados o al menos detener la patologia.
ResponderBorrarParece mentira, Veronica Kimmer, que prometas algo que no puedes realizar en una página como esta. A mí, personalmente, se me caería la cara de vergüenza si fuera tú. ¿Biomagnetismo? Si quieres ayudar a alguien, empieza por estudiar. Cuando estudies medicina, entonces investiga, pero no vengas con pseudociencias y biomagnetismos que no son útiles más allá del efecto placebo (que no se da en todos los "pacientes").
ResponderBorrarLa fibromialgia, hoy por hoy, no tiene cura. Pero tiene un buen tratamiento: la felicidad. Tomarse la vida con filosofía y tratar de sobrellevarlo lo mejor que se pueda, sin estrés, con tranquilidad, sin dejarse llevar por el dolor.
Mucho ánimo para todos vosotros. Sois dignos de admiración, de verdad.
De un estudiante de medicina.