Cuidar una familia, cuidar un bebé o niños pequeños, cuidar niños enfermos o con necesidades especiales, sobre todo durante la noche, no es cosa fácil, ni siquiera para una persona sana; pero si haces todo esto a pesar del dolor, el malestar y en muchos casos, a pesar de la depresión, realmente eres un verdadero héroe o heroína.
Las mujeres que sufren de fibromialgia y están criando niños pequeños son realmente de admirar, tanto como aquellas que trabajan todos los días fuera del hogar. Ninguno de los trabajos se puede menospreciar, y yo que he pasado por ambas experiencias puedo decir a ciencia cierta que ambos casos son igual de difíciles y a ninguno de los dos se les puede quitar mérito. Pero en este momento vamos hablar específicamente de quienes se encargan del hogar, la familia y los hijos.
Las mujeres que sufren de fibromialgia y están criando niños pequeños son realmente de admirar, tanto como aquellas que trabajan todos los días fuera del hogar. Ninguno de los trabajos se puede menospreciar, y yo que he pasado por ambas experiencias puedo decir a ciencia cierta que ambos casos son igual de difíciles y a ninguno de los dos se les puede quitar mérito. Pero en este momento vamos hablar específicamente de quienes se encargan del hogar, la familia y los hijos.
Estar todo el día en casa puede parecer para algunos, un trabajo muy simple, cómodo y fácil, sin embargo es todo lo contrario. Mantener una casa limpia, los niños atendidos, las comidas hechas y la ropa lista (entre otras cosas) demanda una gran cantidad de energía y los días empiezan muy temprano pero no terminan tan temprano; y si adicionalmente hay un bebé en casa, el trabajo se duplica, porque esta pequeña personita por si sola, necesita una atención constante, personal e incondicional. Y cuando se enferma, el trabajo se triplica, tanto de día como de noche, porque generalmente uno deja de dormir por estar pendiente toda la noche de sus síntomas, tratar de aliviar su malestar, verificar la temperatura para evitar picos de fiebre, darle los medicamentos, etc. Y al día siguiente amaneces, por supuesto, sin nada de energía, o peor aún, con mucho dolor, pero el trabajo sigue y cumplir con la responsabilidad está por encima de todo, incluso de nuestro propio malestar, y nos toca hacer de tripas, corazón, tragarnos el dolor y seguir adelante con la frente en alto y nuestra mejor cara; porque los niños simplemente no pueden dejarse desatendidos.
En este último año que he estado de abuela a tiempo completo, he tenido el privilegio de experimentar esta responsabilidad de primera mano y al 100%, y aunque el inmenso amor que se siente cuando cuidas y atiendes a ese bebé no tiene comparación y en ese preciso momento en que se encuentra en tus brazos, piensas que serías capaz de todo por esa criatura, también es muy cierto que el desgaste físico y emocional es tremendo y nos pasa inevitablemente una terrible factura.
En este último año que he estado de abuela a tiempo completo, he tenido el privilegio de experimentar esta responsabilidad de primera mano y al 100%, y aunque el inmenso amor que se siente cuando cuidas y atiendes a ese bebé no tiene comparación y en ese preciso momento en que se encuentra en tus brazos, piensas que serías capaz de todo por esa criatura, también es muy cierto que el desgaste físico y emocional es tremendo y nos pasa inevitablemente una terrible factura.
Pero cuando hacemos cosas por nuestra familia, es una sensación maravillosa saber que todos aprecian lo que haces y te lo agradecen, sobre todo porque saben y entienden el gran esfuerzo que esto significa cuando se tiene una enfermedad que involucra dolor crónico, como la fibromialgia, y por eso le dan el valor que se merece tu sacrificio. Pero si esto no es lo que ocurre en tu familia, lo mas probable es que el dolor y la depresión solo vayan en aumento, y que finalmente, termines por colgar los guantes y dejar de hacer las cosas. Es triste, pero increíblemente, mas frecuente de lo que quisiéramos.
Usualmente como madres, nunca nos ponemos en primer lugar, y muchas veces ni en segundo ni tercero; siempre pensamos en lo que necesitan nuestros hijos, aunque sintamos que necesitamos descanso, aunque nos duelan los pies o la espalda, aunque tengamos hambre, siempre son los niños primero, y eso está muy bien, de hecho es lo correcto, y gracias a Dios, la mayoría de las mujeres tienen a sus hijos cuando aún son jóvenes, así que probablemente tengan un poco mas de energía que de los 40 años en adelante. Pero en el caso de las mujeres que tienen fibromialgia, dependiendo del grado de severidad de la misma, la crianza de niños pequeños y el cuidado de una casa y una familia, son cosas que pueden llegar a convertirse en una fuente ineludible de ansiedad y depresión, mas aún si no se cuenta con ninguna ayuda adicional.
Si tienes bebés, niños pequeños, niños o familiares enfermos que cuidas, permíteme quitarme el sombrero ante ti, porque eres toda una heroína, y te admiro enormemente por la labor de amor que te toca hacer a diario.
Si este es tu caso, coméntanos como haces para manejarlo todo, como llevas la fibro en combinación con el trabajo del hogar, la familia y los niños.
Que estés bien y Mil Bendiciones!
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