Cuando hablamos de fibromialgia o de otras enfermedades de dolor crónico o sensibilidad central, siempre nos viene a la mente las crisis, lo dificultoso que pueden llegar a ser los días y el esfuerzo por transitar por la vida como seres humanos íntegros. Tener dolor todo el tiempo no es fácil.
Pero todo no es malo, también tenemos días buenos. Aunque sean pocos los días buenos, sí los tenemos. Da gracias por ellos y no dejes que nadie te los estropee, hay que sacarles provecho.
Porque hoy te ves bien y pareces estar disfrutando de un excelente día, cuando ayer no podías ni moverte, no significa que eres mentirosa o exagerada, aunque así quieran verlo los demás. Lo que no todos saben es que generalmente nuestros días son una difícil y constante lucha, una batalla que no tiene fin y cada vez que logramos tener un día bueno, que para cualquier otra persona sería un "día más o menos", tenemos que aprovecharlo al máximo, disfrutarlo al máximo, porque la vida está hecha para disfrutarla, no para atravesarla con desmesurado esfuerzo. Así que no prestes atención a las tonterías que los demás digan.
Una de las primeras y mas básicas formas de vivir una mejor vida, a pesar del dolor crónico, es buscar fuentes de inspiración.
Mi mamá tiene 73 años, es una señora que obviamente por su edad ya tiene algo de estrés y desgaste en su cuerpo, tiene artrosis en varios lugares y sufre de un problema severo en su estómago, sin embargo se levanta todos los días a las 6 de la mañana y se la pasa todo el día haciendo "no sé qué" (porque siempre está ocupada), come súper sano y se acuesta temprano; a esa señora yo la admiro porque tiene una gran fortaleza y una voluntad de hierro, y muchas veces le digo, en son de broma, que cuidado y al final de nuestras vidas ella es la que va a terminar empujándome a mí en la silla de ruedas, porque ella parece que va a durar para rato.
Hay que vivir la vida con agradecimiento en el corazón, busca todos los días una o dos cosas por las que estar agradecido.
Aunque mi cuerpo se siente adolorido, al menos funciona.
Aunque no siempre duermo bien por las noches, al menos me levanto para luchar otro día.
Puede que mi cartera no esté llena, pero mi estómago si lo está.
Puede que algunas veces me resulte difícil, pero aún puedo hacer cosas por mi y por los demás.
Aunque no tengo todas las cosas que siempre he deseado, sí tengo todo lo que necesito.
Estoy agradecida porque aunque mi vida no es en absoluto perfecta, es mi vida y estoy feliz.
Las demás personas no siempre responden bien ante las víctimas, así que no seas una de ellas.
Aprende a entender y sobrellevar tu enfermedad crónica, porque tendrás que vivir con ella toda la vida.
Aprende a quererte y a respetarte, porque a pesar del dolor y la discapacidad, tu eres un ser humano valioso.
Nunca permitas que nadie te menosprecie o te humille.
Aunque te cueste, aún puedes valerte por ti misma, así que no asumas posturas de víctima, porque no lo eres.
Encuentra tu fortaleza interna y úsala para darte tu lugar y valorarte a ti misma, y los demás también lo harán.
Yo sé lo difícil que se oye, y lo imposible que parece poder lograrlo, pero no podemos ir la vida como muertos vivientes, como dice el salmo 23: "Aunque ande en valle de sombra de muerte..."; eso se deja para cuando estemos muertos; mientras haya vida, hay Esperanza, y mientras haya Esperanza, siempre habrá días buenos.
Pero todo no es malo, también tenemos días buenos. Aunque sean pocos los días buenos, sí los tenemos. Da gracias por ellos y no dejes que nadie te los estropee, hay que sacarles provecho.
Porque hoy te ves bien y pareces estar disfrutando de un excelente día, cuando ayer no podías ni moverte, no significa que eres mentirosa o exagerada, aunque así quieran verlo los demás. Lo que no todos saben es que generalmente nuestros días son una difícil y constante lucha, una batalla que no tiene fin y cada vez que logramos tener un día bueno, que para cualquier otra persona sería un "día más o menos", tenemos que aprovecharlo al máximo, disfrutarlo al máximo, porque la vida está hecha para disfrutarla, no para atravesarla con desmesurado esfuerzo. Así que no prestes atención a las tonterías que los demás digan.
Una de las primeras y mas básicas formas de vivir una mejor vida, a pesar del dolor crónico, es buscar fuentes de inspiración.
Mi mamá tiene 73 años, es una señora que obviamente por su edad ya tiene algo de estrés y desgaste en su cuerpo, tiene artrosis en varios lugares y sufre de un problema severo en su estómago, sin embargo se levanta todos los días a las 6 de la mañana y se la pasa todo el día haciendo "no sé qué" (porque siempre está ocupada), come súper sano y se acuesta temprano; a esa señora yo la admiro porque tiene una gran fortaleza y una voluntad de hierro, y muchas veces le digo, en son de broma, que cuidado y al final de nuestras vidas ella es la que va a terminar empujándome a mí en la silla de ruedas, porque ella parece que va a durar para rato.
Hay que vivir la vida con agradecimiento en el corazón, busca todos los días una o dos cosas por las que estar agradecido.
Aunque mi cuerpo se siente adolorido, al menos funciona.
Aunque no siempre duermo bien por las noches, al menos me levanto para luchar otro día.
Puede que mi cartera no esté llena, pero mi estómago si lo está.
Puede que algunas veces me resulte difícil, pero aún puedo hacer cosas por mi y por los demás.
Aunque no tengo todas las cosas que siempre he deseado, sí tengo todo lo que necesito.
Estoy agradecida porque aunque mi vida no es en absoluto perfecta, es mi vida y estoy feliz.
Las demás personas no siempre responden bien ante las víctimas, así que no seas una de ellas.
Aprende a entender y sobrellevar tu enfermedad crónica, porque tendrás que vivir con ella toda la vida.
Aprende a quererte y a respetarte, porque a pesar del dolor y la discapacidad, tu eres un ser humano valioso.
Nunca permitas que nadie te menosprecie o te humille.
Aunque te cueste, aún puedes valerte por ti misma, así que no asumas posturas de víctima, porque no lo eres.
Encuentra tu fortaleza interna y úsala para darte tu lugar y valorarte a ti misma, y los demás también lo harán.
Yo sé lo difícil que se oye, y lo imposible que parece poder lograrlo, pero no podemos ir la vida como muertos vivientes, como dice el salmo 23: "Aunque ande en valle de sombra de muerte..."; eso se deja para cuando estemos muertos; mientras haya vida, hay Esperanza, y mientras haya Esperanza, siempre habrá días buenos.
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